jueves, 10 de septiembre de 2015

LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO-JOHANNES HESSEN

 1.- LA ESENCIA DE LA FILOSOFÍA
 
La palabra filosofía procede de la lengua griega y vale tanto como amor a la sabiduría, o, lo que quiere decir lo mismo, deseo de saber, de conocimiento. En  la  Edad Moderna da de la filosofía Cristian Wolff que la define como scientia possibilium, quatenus esse possunt‐,  con la definición que da Friedrich Überweg en su conocido Tratado de historia de la filosofía, según la  cual la filosofía es "la ciencia de los principios". Desde  su  primera  aparición,  la  humanidad  los  ha  considerado  siempre  como productos filosóficos del espíritu, ha visto en ellos la esencia misma de la filosofía. Tales sistemas son los de Platón y Aristóteles, Descartes y Leibniz, Kant y Hegel.Dichos sistemas presentan, pues, el carácter de la universalidad. A éste se añade un segundo rasgo esencial común. La actitud del filósofo ante la totalidad de los objetos es una actitud intelectual, una  actitud  del  pensamiento.Es  por  esencia  un  espíritu cognoscente. Como notas esenciales de toda filosofía se presentan, según esto: primera, la orientación hacia la totalidad de los objetos; segunda, el carácter racional, cognoscitivo, de esta orientación.
Se ha designado, no sin razón, a Sócrates como el creador de la filosofía occidental. En él se  manifiesta claramente la expresa actitud teórica del espíritu griego. Sus pensamientos y aspiraciones se enderezan a edificar la vida humana sobre la reflexión, sobre el saber. Sócrates intenta hacer de toda acción humana una acción consciente, un saber. Trata de elevar la vida, con todos sus contenidos, a la conciencia filosófica.  Esta tendencia  llega a su pleno desarrollo en su  máximo discípulo, Platón.   El  espíritu  de  Aristóteles  se  dirige preferentemente al conocimiento científico y a su objeto: el ser. En el centro de su filosofía se halla una ciencia universal del ser, la "filosofía primera" o metafísica, como se llamó más tarde. Esta ciencia nos instruye acerca de la esencia de las cosas, las conexiones y el principio último de la realidad. Si la filosofía socrático‐platónica puede caracterizarse como una concepción del espíritu, deberá decirse de Aristóteles que su filosofía se presenta ante todo como una concepción del universo.
La filosofía torna a ser reflexión del espíritu sobre sí mismo en la época posaristotélica, con los
estoicos y los epicúreos. La filosofía se presenta, según la frase de Cicerón, como "la maestra de la vida, la inventora de las leyes, la guía de toda virtud". Se ha convertido ‐dicho brevemente‐ en una filosofía de la vida. Al comienzo de la Edad Moderna volvemos a marchar por las vías de la concepción aristotélica. Los sistemas de Descartes, Spinoza y Leibniz revelan todos la misma dirección hacia el conocimiento del mundo objetivo, que hemos descubierto en el Estagirita. En el siglo XIX revive el tipo aristotélico de la filosofía en los sistemas del idealismo alemán, principalmente en Schelling y Hegel. Este movimiento lleva por un lado a una completa  desvaloración de la filosofía, como la que se revela en el materialismo y el positivismo; y, por otro lado, a una renovación del tipo kantiano, como la que ha tenido lugar en el neokantismo.
 
Podemos definir ahora la esencia de la filosofía, diciendo: la filosofía es una autorreflexión del
espíritu sobre su conducta valorativa teórica y práctica, y a la vez una aspiración al conocimiento de las últimas conexiones entre las cosas, a una concepción racional del universo. Pero todavía podemos es‐tablecer una conexión más profunda entre ambos elementos esenciales. Como prueban Platón y Kant, existe entre ellos la relación de medio a fin. La reflexión del espíritu sobre sí mismo es el medio y el camino para llegar a una imagen del mundo, a una visión metafísica del universo. Podemos decir, pues, en conclusión: la filosofía es un intento del espíritu humano para llegar a una concepción del universo mediante la autorreflexión sobre sus funciones valorativas teóricas y prácticas.
 
2.- LA POSICIÓN DE LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO EN EL SISTEMA DE LA FÍLOSOFÍA
La filosofía es, en primer término, según vimos, una autorreflexión del espíritu sobre su conducta valorativa teórica y práctica. Como reflexión sobre la conducta teórica, sobre lo que llamamos ciencia, la filosofía es teoría del conocimiento científico, teoría de la ciencia. Como reflexión sobre la conducta práctica del espíritu, sobre lo que llamamos valores en sentido estricto, la filosofía es teoría de los valores. Mas la reflexión del espíritu sobre sí mismo no es un fin autónomo, sino un medio y un camino para llegar a una concepción del universo. La filosofía es, pues, en tercer lugar, teoría de la concepción del universo. La esfera total de la filosofía se divide, pues, en tres partes: teoría de la ciencia, teoría de los valores, concepción del universo.
La concepción del  universo se divide en metafísica  (que se subdivide en metafísica de la naturaleza y metafísica del espíritu) y en concepción o teoría del universo en sentido es‐tricto, que investiga los problemas de Dios, la libertad y la inmortalidad. La teoría de los valores se divide, 10 con arreglo a las distintas clases de valores, en teoría de los valores éticos, de los valores estéticos y de los valores religiosos. Obtenemos así las tres disciplinas llamadas ética, estética y filosofía de la religión.
La teoría de la ciencia, por último, se divide en formal y material. Llamamos a la primera lógica, a la última teoría del conocimiento. la teoría material de la ciencia o como la teoría de los principios materiales del conocimiento humano.Esto ilumina a la vez la fundamental importancia que la teoría del conocimiento posee para la esfera total de la filosofía. Por eso es también llamada con razón la ciencia filosófica fundamental, philosophia fundamentalis. Suele dividirse la teoría del conocimiento en general y especial. La primera investiga la referencia del pensamiento al objeto en general. La última hace tema de investigaciones críticas los principios y conceptos  fundamentales  en  que  se  expresa  la  referencia  de  nuestro  pensamiento  a  los  objetos.
 
3.- LA HISTORIA DE LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
La teoría del conocimiento como  disciplina  autónoma  aparece  por  primera  vez  en  la  Edad  Moderna.  Como  su  fundador  debe considerarse al filósofo inglés John Locke. Su obra maestra, An Essay Concerning Human Understanding (Ensayo  sobre  el  entendimiento  humano),  aparecida  en  1690,  trata  de  un  modo  sistemático  las cuestiones del origen, la esencia y la certeza del conocimiento humano. Leibniz intentó en su obra Nouveaux essais sur l´entendement humain (Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano), editada como póstuma en 1765, una refutación del punto de vista epistemológico defendido por Locke. Sobre los resultados obtenidos por éste edificaron nuevas construcciones en Inglaterra George Berkeley, en su obra  A  Treatise  Concerning  the  Principles  of  Human  Knowledge  (Tratado  de  los  principios  del conocimiento humano, 1710), y David Hume, en su obra maestral Treatise on Human Nature (Tratado de la naturaleza humana, 1739‐1740), y en la obra más breve Enquiry Concerning Human Understanding (Investigación sobre el entendimiento humano, 1748). 11 Como el verdadero fundador de la teoría del conocimiento dentro de la filosofía continental se presenta Emmanuel Kant. En su obra maestra epistemológica, la Crítica de la razón pura (1781), trata, ante todo, de dar una fundamentación crítica del conocimiento científico de la naturaleza. Él mismo llama al método de que se sirve en ella "método trascendental". Este método no investiga el origen psicológico, sino la validez lógica del conocimiento. No pregunta ‐como el método psicológico‐ cómo surge el conocimiento, sino cómo es posible el conocimiento, sobre qué bases, sobre qué supuestos supremos  descansa.  A  causa  de  este  método,  la  filosofía  de  Kant  se  llama  también  brevemente, trascendentalismo o criticismo. En el sucesor inmediato de Kant, Fichte, la teoría del conocimiento aparece por primera vez bajo el título de "teoría de la ciencia". Pero ya en él se manifiesta esa confusión de la teoría del conocimiento y la metafísica, que se desborda francamente en Schelling y Hegel, y que también se encuentra de un modo innegable en Schopenhauer y Eduard von Hartmann.
 

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